domingo, 21 de junio de 2015

CAPITULO 3 (Almas al vuelo)


"Dios... por favor perdona todos mis pecados y alumbra mi camino... te lo ruego señor" Leyana había detenido un ataque a una de las aldeas que se encontraban en la tierra, los demonios yacían en todas partes... ella ya se encontraba muy lejos del palacio, cerca de los límites del reino. Había salvado a los humanos de su dimensión, resguardando a todas las personas de la aldea dentro de sus hogares, creo un hechizo de protección sobre toda la zona. Todo humano y ángel podría entrar a la barrera, pero no sería igual para los demonios.
Al terminar Leyana se alejó de la aldea unos cuantos kilómetros a descansar cerca de un arroyo. Su mente viajo al pasado cuando ella todavía luchaba en la primera guardia del ejercito de ángeles junto a su hermano.
No fue complicado el mezclarse entre los chicos jóvenes ya que el cuerpo de ella no se había desarrollado del todo. Ley el dragón de hielo... así la llamaban ya que todo demonio se paralizaba ante su ataque. cuando su padre se enteró Ley desapareció de entre las filas de los guerreros, regresando a ser solo Leyana.

Cuando empezó a crecer sus poderes más que su gemelo la resguardaron dentro del palacio, reforzando campos de fuerzas en distintas zonas de la región, pero ella sabía que no era la solución para detener la guerra. Si ella no buscaba la solución, toda su dimensión quedaría en ruinas como ella lo había previsto.

Después de haber recuperado su fuerza ella decidió no volver a ser Leyana si no Ley el dragón de hielo, la cual defendería a toda alma pura en esta guerra. Cubriéndose el rostro con su pañuelo emprendió el vuelo hacia el bosque en búsqueda de algún ataque a los humanos.