Más allá de las distancias y las fronteras, te encuentro
observando el horizonte. Tus ojos acristalados, tu cuerpo de mármol y tu insólita
presencia hace que mi corazón se acelere a tal grado que no pronuncio silaba
alguna.
Quisiera poder tocar tu espalda y que sepas que me tienes a
tu lado, mirada perdida en el horizonte sanguíneo, tu única adicción desmedida.
Que regreses a mi solo le pido al cielo…
que pudieras alargar tu mano y rozar mi rostro.
Cuerpo de granito, estatua sin sombra. Ojos de cielo, labios de hielo y alma de
fuego, esencia que me hace vibrar, roza mi cuerpo con el mío, huele mi esencia y
abraza mi alma. Observando el horizonte buscando una esperanza, aquella persona
que te dejo. Hombre que quiero que sea mío, mírame como tu estrella y regresa a
tu alma al cuerpo deséame como te he deseado. Mi figura de piedra, mi fiel guardián
del horizonte… mírame.
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