Tan solo espero que el
sol se oculte tras el horizonte.
Dejándote entrar por
mi ventana…
Pensando en esas
garras que queman cada centímetro de mi cuerpo,
Que me torturan en el
día y me liberan por las noches.
Me dejo llevar… otra
yo. Que sucumben ante las carisias del inframundo
El deseo, la pasión,
de aquel demonio que ínsita el pecado.
Esperando a que cada
noche me robes la vida, saciando tu sed…
Y como dios dándome retorno
a la luz de la alborada.
Que habrá pensado
dios… un Ángel con tan hermosas alas haya caído…
En el pecado del amor
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